Ha sido un placer para mí participar en la Jornada L’ADMINISTRACIÓ LOCAL DAVANT NOUS REPTES: EL FOMENT DE L’ESPORT I ELS RECURSOS ECONÒMICS, organizada por la Asociación de Gestores Deportivos Profesionales de la Comunidad Valenciana y el Ajuntament de Calp. Y como saben que soy «de compartir», a continuación dejo constancia de los ítems principales de mi charla L’ADMINISTRACIÓ LOCAL I EL FOMENT DE L’ESPORT.
Introducción
¿Cuáles son los principales problemas de la sociedad? Ciberacoso, violencia machista (y violencia en general), cambio climático, envejecimiento, corrupción, paro, crisis… ¿Alguno más? Bien, ¿cuál de ellos no tiene absolutamente nada que ver con el deporte?
El art. 43.3 de la Constitución establece que «Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio», teniendo en cuenta que los poderes públicos son todos los poderes públicos, ya que Estado, CCAA, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos, todas ellas son entidades territoriales que tienen competencias en materia de Deporte (ver arts. 4 a 7 de la Ley 2/2011, de 22 de marzo, de la Generalitat, del Deporte y la Actividad Física de la Comunitat Valenciana, especialmente el último en cuanto a las competencias de los Ayuntamientos). Por su parte, en la LBRL los municipios tienen competencia en materia de «Promoción del deporte e instalaciones deportivas y de ocupación del tiempo libre», pero luego solo aparece como servicio obligatorio el de «instalaciones deportivas de uso público», y únicamente para municipios de más de 20.000 habitantes. Recordemos que la Ley de régimen local es básica y que dicha indefinición causa dudas, especialmente en las CCAA en las que no están bien definidas las competencias municipales en la correspondiente Ley sectorial del deporte (afortunadamente en este sentido la ley valenciana es bastante buena, la verdad, definiendo con gran detalle las competencias municipales en el aludido precepto).
Por otra parte, teniendo claro como los tenemos que sanidad y deporte van juntos, tanto en la Constitución como en la vida… ¿Para cuando un Ministerio de Salud y Deporte? De momento Deporte suele ir con Cultura (a veces también con Educación, lo cual nos gusta más); mientras que Sanidad (que no salud) suele compartir cartera con Bienestar social y con ¡Consumo!
En fin, que hay que fomentar el deporte («los poderes públicos fomentarán…») . Y se suele fomentar a través de subvenciones. Esto es un peligro porque los distintos actores públicos (especialmente políticos y entidades deportivas) no saben lo que es una subvención, y en este sentido encontrarán desde el concejal «de fiestas y deporte» de 200 kg, feliz por haber descubierto las malentendidas subvenciones «nominativas» (que no son a dedo, que no, no lo son, no señor», hasta la asociación deportiva que va todos los años al Ayuntamiento a «pasar el cepillo», ya saben, esa cestita que nos pasan en misa para hacer pequeñas (o no tan pequeñas) donaciones. Y también encontramos buenas prácticas, claro está, pero convirtámoslas en la regla, no en la excepción.

Subvenciones versus fomento
Decía (y dice) el maravilloso Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales de 1955 que “Las Corporaciones Locales podrán conceder subvenciones a Entidades, Organismos o particulares cuyos servicios o actividades complementen o suplan los atribuidos a la competencia local”. A esto le llamaba “acción de fomento”. El concepto sigue vivo pero quizá haya llegado el momento de replantearnos muy en serio qué es lo que debemos fomentar exactamente desde lo público. Qué y cómo. Y si se puede fomentar a través de otros medios distintos a la subvención, pregunta cuya respuesta evidentemente es sí.
Mucho más moderna (2003) es la Ley General de Subvenciones, que define subvención de la siguiente forma:
“1. Se entiende por subvención, a los efectos de esta ley, toda disposición dineraria realizada por cualesquiera de los sujetos contemplados en el artículo 3 de esta ley, a favor de personas públicas o privadas, y que cumpla los siguientes requisitos:
- a) Que la entrega se realice sin contraprestación directa de los beneficiarios.
- b) Que la entrega esté sujeta al cumplimiento de un determinado objetivo, la ejecución de un proyecto, la realización de una actividad, la adopción de un comportamiento singular, ya realizados o por desarrollar, o la concurrencia de una situación, debiendo el beneficiario cumplir las obligaciones materiales y formales que se hubieran establecido.
- c) Que el proyecto, la acción, conducta o situación financiada tenga por objeto el fomento de una actividad de utilidad pública o interés social o de promoción de una finalidad pública”.
En la gestión pública práctica todo esto se ha traducido en los últimos años en una carrera contra el crono, en la que se intentan hacer malabarismos con “bolos” tan heterogéneos como la ejecución presupuestaria, el procedimiento y el resto de requisitos recogidos en la citada ley, los lobbies, los intereses políticos, unas bases reguladoras normalmente farragosas y elaboradas mediante el sistema de “copiar y pegar”, la “necesidad” de meter con calzador unas cuantas subvenciones por concesión directa y, en el mejor de los casos, el Plan Estratégico de Subvenciones. Por cierto, muy pocas veces vemos bien hilvanado el juego conjunto de Ordenanza, Plan Estratégico, Bases reguladoras y convocatoria. Son cuatro instrumentos muy importantes que no se entienden los unos sin los otros, pero si tuviera que destacar a uno de ellos por encima del resto me quedo con el Plan estratégico, porque ahí está la estrategia. Es un buen momento para definirla. Y sin duda también es un buen momento de replantearnos el modelo clientelista, las viejas políticas públicas del café para todos (o café para algunos), y estudiar nuevas formas de subvencionar, o mejor dicho “de fomentar”, aquello que de veras la sociedad necesita que impulsemos desde las instituciones públicas: startups, I+D+I, tecnología, sectores innovadores, emprendimiento joven, iniciativas con componente medioambiental o social… Todo ello unido por el hilo conductor del deporte y la salud, porque sin salud personal no hay salud social, y sin salud social no hay futuro.
Si de paso creamos trabajo, mejoramos la calidad de vida, e incluso no solo mejoramos las vidas de las personas sino que además las salvamos (sugiero lean algo sobre la aplicación de la nanotecnología a la medicina), no parece que este sea un mal plan ¿verdad? Un plan que, por cierto, podría ser estratégico. Como ven vamos cerrando el círculo…
Y todo ello pensado para y pensando mucho en determinados sectores sociales: por supuesto en los más necesitados, un abanico bastante amplio por desgracia, pero también, y en todo caso, en los más jóvenes:
El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela. (El Talmud)
Conclusión
Sabemos lo que hay que hacer de modo que seamos osados. Acaban de aterrizar las nuevas Corporaciones, y con ellas los nuevos concejales responsables del área de Deportes. Quizá es el momento de tener la primera conversación seria con ellos. Y con el Alcalde, porque esta concejalía no puede ser «la María», sino una de las más importantes. ¿Y qué les podríamos decir? Algo del estilo: «Tengo una noticia buena y una mala. La mala es que esta concejalía es mucho más importante de lo mucha gente piensa y usted tiene una gran responsabilidad por delante, un reto que debe afrontar pese a no ser un experto/a en gestión deportiva. La buena es que yo sí lo soy, y que además mi trabajo es ayudarle». Entiéndase lo anterior, por supuesto, como una puesta en valor de los profesionales de la gestión deportiva, agrupados en la Asociación de Gestores Deportivos Profesionales de la Comunidad Valenciana (GEPACV), y nunca como una minusvaloración del concejal o concejala, a quien por supuesto le corresponde la dirección política (en coordinación con Alcaldía), y quien a buen seguro tendrá a bien convocar en los próximos días una reunión con su departamento, reunión en la que se hablará mucho de muchas cosas, e incluso se hablará de estrategia en el mejor de los casos.
Y esta gestión, queridos amigos, no puede ser otra que una gestión transversal, integral, integrada e íntegra de todas las políticas públicas que tienen que ver con el deporte. Es decir: de todas.
Nota de prensa
No se crean que un servidor iba a pasar un día rodeado de deportistas, muchos de ellos del mundo del basket, deporte que es casi una religión en Calpe, sin jugar un partido (o algo parecido a un partido). En unas condiciones de calor extremo, y al borde de la lipotimia, tuve la oportunidad de compartir unas canastas con dos leyendas del C.B. Calpe: Costante Ivars y Loren González (quienes precisamente son los actuales Presidente y Vicepresidente), y con mi amigo Pere Tur, un tío extraordinario, organizador de la jornada (y del partido). A todos les agradezco el trato recibido. Me llevo el recuerdo del partido (que hay que repetir a menos de 40 grados); unas fantásticas fotos, alguna de las cuales quiero compartir; y una camiseta exclusiva del club, que tuve el honor de recibir de manos de Constante, como pueden ver en una de las imágenes. ¡Gracias!