Smart City 2024: ejemplos de #IA aplicada a los servicios municipales

“El único límite para la IA es la imaginación humana”. (Chris Duffey)

La propia IA imagina de esta forma una Smart City en 2024. ¿No es demasiado futurista para ser el año presente? Fuente: Copilot Designer

Ciudades inteligentes: los (buenos) viejos tiempos

Bienvenidos a la siguiente etapa del “antiguo” proyecto Smart City. La revolución de la inteligencia artificial es más bien una evolución. Hablando de su aplicación a los servicios públicos, es lo que antes llamábamos Smart City (término que, definitivamente, va perdiendo vigencia). Y antes de ello simplemente “gestión de servicios públicos”, en una etapa poco tecnológica en la que dicha gestión se realizaba normalmente a través de un concesionario poco controlado por la Administración y por los datos, lo cual suponía un riesgo claro para la eficiencia y la calidad del servicio.

Pero no podemos olvidar, es más, debemos poner en valor, la época en la que algunas ciudades como Alzira sensorizaron los servicios. En efecto, los datos obtenidos de los sensores ubicados en infraestructuras y espacios públicos nos permitieron optimizar la gestión de los servicios relacionados. Un problema clásico de las ciudades como el aparcamiento, se puede paliar con la sensorización de las plazas, de forma que el usuario se dirija directamente a aquellas disponibles en lugar de perder tiempo, dinero y quizá salud dando vueltas con su vehículo. De igual forma, la progresiva implantación de sensores en otros servicios públicos, como los contenedores (para una recogida selectiva) o los autobuses (conectados con la marquesina de las paradas), permite, respectivamente, ajustar los horarios de recogida y ofrecer información útil a los pasajeros.

Aquello ya era inteligencia artificial, en una fase incipiente, desde luego, en la que los datos debían trabajarse y estudiarse minuciosamente, labor que la máquina solo facilitaba en parte. No teníamos machine learning ni deep learning, ya que la tecnología permanecía inalterable. Pero era un sistema inteligente porque permitía tomar decisiones inteligentes y por eso de hecho hablábamos de ciudades inteligentes, un sistema basado en datos ciertos y fiables, que era la verdadera fortaleza del sistema.

Hoy, la IA se erige en la evolución o fase avanzada de aquel proyecto, y podemos decir que es aplicable a la totalidad de servicios públicos. La educación es un ejemplo muy claro. La IA puede personalizar la experiencia educativa para estudiantes de diversas formas. Los sistemas de aprendizaje automático pueden adaptar el contenido educativo según el ritmo de aprendizaje de cada estudiante. Hablando de servicios no municipales, tenemos por ejemplo el de sanidad, donde la IA permite ofrecer servicios de atención médica igualmente personalizados. Los algoritmos de diagnóstico basados en aprendizaje automático pueden analizar datos médicos específicos de un paciente y proporcionar diagnósticos más precisos y tratamientos adaptados a sus necesidades individuales. Por otra parte, en materia de seguridad pública los modelos de análisis predictivo basados en IA pueden examinar datos históricos de infracciones y delitos ya sancionados, así como otros factores relevantes para prever dónde y cuándo es más probable que ocurran futuros incidentes.

Volviendo a la utilidad de la IA en la prestación de servicios públicos por parte de un Ayuntamiento, podemos exponer algunos ejemplos que demuestran enormes mejoras en cuanto a la eficiencia, la transparencia y la calidad de los servicios municipales. Veamos algunos ejemplos:

A lo largo de los años, hemos hablado de Smart City en numerosas ocasiones, casi siempre explicando nuestros proyectos reales. Ahora, con la incorporación de la IA a los servicios públicos municipales, avanzamos a la siguiente etapa

Gestión del tráfico y el transporte urbano

Uno de los mayores desafíos de los Ayuntamientos es la gestión del tráfico y el transporte público, servicios públicos complejos y problemáticos donde los haya. Pero la IA puede desempeñar un papel crucial en este ámbito mediante:

  • Sistemas de gestión del tráfico en tiempo real. Utilizando algoritmos de aprendizaje automático y datos de sensores de tráfico, cámaras y dispositivos GPS, los Ayuntamientos pueden optimizar el flujo de vehículos y reducir los atascos. Por ejemplo, los semáforos inteligentes pueden adaptarse dinámicamente a las condiciones del tráfico, minimizando el tiempo de espera.
  • Predicción y planificación del transporte público. Este es un sistema que utilizamos desde hace años, a través de sensores ubicados en los autobuses y las paradas, pero ahora es más eficiente porque los modelos predictivos basados en IA pueden analizar patrones de uso del transporte público para anticipar la demanda y optimizar rutas y horarios. Esto no solo mejora la puntualidad y la eficiencia, sino que también puede reducir costos operativos.

Gestión de residuos y red de saneamiento

La IA puede revolucionar la manera en que los Ayuntamientos gestionan los servicios de recogida de residuos y la red de saneamiento:

  • Optimización de rutas de recolección de basura. Utilizando datos históricos y también en tiempo real, los algoritmos de IA pueden diseñar rutas de recogida más eficientes, reduciendo el consumo de combustible y las emisiones de carbono. En todo caso, los propios contenedores tienen desde hace tiempo incorporados sensores inteligentes que ofrecen datos sobre el estado de llenado, fundamental para planificar la recogida, y otros como la temperatura, que puede prever un desastre.
  • Monitoreo y mantenimiento predictivo. Otros sensores inteligentes y el análisis de datos permiten detectar problemas en las infraestructuras de saneamiento antes de que se conviertan en emergencias. Esto facilita un mantenimiento predictivo, minimizando interrupciones y costos de reparación.

Seguridad ciudadana

Sin ser una competencia estrictamente municipal, no cabe duda de que la seguridad es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y, en este sentido, los Ayuntamientos pueden contribuir a mejorarla significativamente con el uso de la IA:

  • Videovigilancia inteligente. Los sistemas de cámaras con IA, que pueden ubicarse en infraestructuras públicas o en los propios «drones patrulla», pueden detectar comportamientos sospechosos en tiempo real, alertando a las autoridades y permitiendo una respuesta más rápida ante un ilícito o un simple accidente fortuito. Además, pueden ayudar en la identificación y seguimiento de personas desaparecidas.
  • Análisis de datos para prevención del crimen. La IA puede analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones y tendencias delictivas, ayudando a las fuerzas de seguridad a anticipar y prevenir actividades criminales. La puesta en marcha de estos mecanismos, exige una perfecta coordinación entre las fuerzas y cuerpos de seguridad, donde la policía local tiene sus propias competencias pero el Ayuntamiento puede colaborar en cuestiones importantes como la prevención del delito.

Atención básica a la ciudadanía

Vaya por delante que cada vez que ponemos en valor los puestos y funciones que deben quedar en manos de la inteligencia humana, mencionamos los servicios de atención, máxime en los que requieren de mayor sensibilidad, empatía y preparación, como los servicios sociales. Pero no cabe duda de que la IA puede «filtrar» el nivel de atención al público más básico, liberando precisamente al personal especializado para que pueda dedicarse por entero a la atención «de calidad». En este sentido, no cabe duda de que la interacción entre el Ayuntamiento y los ciudadanos puede ser más eficiente y personalizada mediante el uso de tecnologías de IA como:

  • Chatbots y asistentes virtuales: Estos pueden proporcionar respuestas inmediatas a consultas frecuentes, guiando a los usuarios en la realización de trámites y la obtención de información relevante sin necesidad de intervención humana.
  • Análisis de feedback y satisfacción: Herramientas de IA pueden analizar comentarios y sugerencias de los ciudadanos para identificar áreas de mejora en los servicios públicos.

Planificación urbanística y medio ambiente

La IA puede aportar grandes beneficios en estos ámbitos. Por razones de extensión, no nos referiremos en esta ocasión a la interesante iniciativa de los «gemelos digitales», pero lo haremos en otra ocasión. Igualmente, podemos aplicar:

  • Simulaciones y modelado predictivo: Los algoritmos de IA pueden simular diversos escenarios de desarrollo urbano, ayudando a los planificadores a tomar decisiones más informadas sobre la zonificación, la infraestructura y los usos del suelo.
  • Monitoreo ambiental: Sensores y análisis de datos en tiempo real permiten a los Ayuntamientos monitorear la calidad del aire, el ruido y otros factores ambientales, facilitando una gestión proactiva y sostenible del entorno urbano.

Conclusión

Más allá de los ejemplos concretos que hemos mencionado, los beneficios de integrar la IA en la prestación de servicios públicos son numerosos:

  • Eficiencia operativa/funcional: la automatización y la optimización de procesos reducen costos y liberan recursos para otras áreas prioritarias.
  • Mejora de la calidad del servicio: la capacidad de ofrecer respuestas rápidas y personalizadas mejora el servicio de atención al público, entre otros, aumentando la satisfacción ciudadana.
  • Transparencia y rendición de cuentas: la recopilación y el análisis de datos permiten una mejor evaluación del desempeño de los servicios públicos y una mayor transparencia en la toma de decisiones.

En todo caso, los Ayuntamientos, como Administraciones Públicas, deben cumplir una serie de principios en su organización y actuación. En este sentido, la integración de la inteligencia artificial en la prestación de servicios públicos por parte de los Ayuntamientos acerca a estos a ser precisamente el tipo de Administración que deben ser, más transparente, eficiente y proactiva, y más cercana al ciudadano. Empezábamos proclamando «Bienvenidos a la siguiente etapa». En efecto, sean bienvenidos a los tiempos de lo que algunos denominan gobernanza algorítmica, si bien a nosotros nos agrada más la expresión «gestión inteligente», quizá porque nos recuerda a nuestros proyectos de Smart City. Lo importante es que ni la gestión pública ni los servicios públicos volverán a basarse en caprichos ni ocurrencias. Lo celebramos los devotos del principio de objetividad y del interés general.

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Un comentario Agrega el tuyo

  1. mmigred dice:

    Muy sustancioso , ameno y práctico.

    Saludos.

    Fdo. María del Mar

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