Si Dante levantara la cabeza… Bueno, si lo hiciera, el florentino seguramente se escandalizaría ante semejante burocracia administrativa, la cual sin duda tendría su lugar en alguno de los círculos o infiernos menores (no confundir con los contratos menores) de su terrible Infierno. Y eso que Dante fue funcionario. Entre otras cosas… porque como buen pre renacentista también destacó en muchas otras lides, siendo doctor, farmacéutico, político, filósofo y, por supuesto, poeta y escritor.
Como escritor nos dejó nada menos la Divina comedia (o sencillamente Commedia), considerada una obra maestra de la literatura. En cuanto a la presente obra, esta «Divina comedia de la Administración», por supuesto no pretende ni aspira a emular de ninguna manera a la del genio de Florencia (nada más lejos de semejante pretensión), sino que encaja en la categoría de ensayo sobre la Administración. Un ensayo humorístico sin renunciar al rigor. O quizá de rigor en tono de humor. Una comedia, a lo sumo tragicomedia, que resalta tanto lo negativo que debe mejorarse (desde una ironía nunca hostil), como lo positivo que debe ponerse en valor. Subyace en este ensayo la historia de una evolución, nada menos que desde Max Weber al teletrabajo. No son pocos cambios para una institución que dicen que nunca cambia. La aspiración del autor es que esta obra les invite a pensar, pues todo cambio que finalmente se consolida proviene de una reflexión previa que acaba en un convencimiento y, por supuesto, el autor también confía en que la disfruten. Al fin y al cabo leer es un placer.
Agradecimientos
En primer lugar para el magistrado José Ramón Chaves, brillante jurista, enorme divulgador del Derecho Administrativo, prologuista de este libro (menudo honor) e inspirador del título, nada más y nada menos. Gracias variadas, y por muy distintas razones, a Lourdes Bernal, al Ayuntamiento de Alzira y a los verdaderos innovadores públicos. Y como siempre muchas gracias a mi familia, y en representación de todos ellos a mi madre, Aurora Pilar, quien me inspira a ser mejor para acercarme a su ejemplo y al de mi padre.
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Hola. Soy Víctor Almonacid, el autor de esta «Divina comedia de la Administración», editada por Wolters Kluwer y encabezada por el Prólogo del gran José Ramón Chaves.
Este es un libro de humor (casi siempre irónico) y amor (al servicio público).
Es un libro de crítica (constructiva) pero al mismo tiempo de aplauso (a la mayoría de empleados públicos).
Es un libro de infiernos, como la insufrible burocracia; de purgatorios, como el inexplicable silencio administrativo; y de paraísos, como la vocación de servicio público de esa inmensa mayoría de empleados.
Este es un libro dedicado a la Administración, sobre todo a la Local, con «L» final, o sin ella, porque aunque es la Administración más próxima y servicial con la ciudadanía, también es la más loca. Un lugar maravilloso donde pasan muchas cosas extraordinarias. Un lugar m´ás allá de la Tierra Media (aunque a veces en la Edad Media) donde puedes comenzar la mañana discutiendo con un «funciosaurio jurista de desconocido prestigio»; seguir a mediodía con la firma de un «acta de decepción», tal y como reza la «Ley de contra tós», y como requisito imprescindible para pagar la posterior «fractura electrónica»; y ya finalizar esta jornada llena de emociones precisamente con un «e-moción de censura», planteada por una oposición política fuerte (aunque no tan fuerte como el «bíceps-presidente»).
Y todo ello en la defensa del más demencial «servicio púbico», y en estricto cumplimiento del principio de «deficiencia».

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